Más turistas, más reclamaciones… ¿y más oportunidades para innovar?

  • 18 juin 2025 18 juin 2025
  • Vue sur l’économie

El aumento de los incidentes relacionados con el turismo son una oportunidad para las aseguradoras de fidelizar, innovar y reforzar el valor de sus pólizas.

Con la llegada del verano, comienza un fenómeno típico del sector asegurador: el aumento de incidentes relacionados con el turismo.

Vacaciones, desplazamientos por carretera, viajes improvisados al extranjero, actividades de riesgo y atención médica fuera de casa generan en pocos días un alto volumen de reclamaciones. Especialmente en julio y agosto, las aseguradoras experimentan un notable incremento de casos por cancelaciones, accidentes, enfermedades en el extranjero o pérdidas de equipaje.

Según cifras de Unespa, las pólizas de seguro de viaje registraron en 2023 un 28 % más de reclamaciones en julio y agosto que el promedio del resto del año.

Además, los asegurados son cada vez más exigentes: buscan coberturas bajo demanda, respuestas inmediatas y procesos digitales. Las aseguradoras, aunque ofrecen esas coberturas, no siempre aciertan y se enfrentan al reto constante de ajustar primas competitivas, gestionar picos de siniestralidad sin sacrificar la calidad del servicio y contener el fraude, una problemática habitual.

Durante esta “temporada alta”, uno de los grandes desafíos es la brecha entre las necesidades reales de los turistas y las limitaciones regulatorias. El seguro de viaje suele ofrecer coberturas parciales o mal entendidas: exclusión de deportes, límites médicos o asistencia insuficiente en el extranjero.

Esta falta de adecuación deteriora la imagen del sector y deja espacio a nuevos operadores digitales que entran con productos más dinámicos y centrados en el usuario.

¿Cómo debería responder la industria? El seguro necesita una estrategia integral que combine flexibilidad, digitalización, prevención y comunicación. Diseñar pólizas adaptables —con coberturas modulares activables por día, destino o actividad— facilita la contratación y permite afrontar riesgos reales de forma personalizada. A ello se suma la necesidad de procesos digitales más eficientes, con asistencia automatizada que agilice reembolsos y pagos.

La prevención basada en datos también debe ganar protagonismo mediante análisis predictivos que anticipen riesgos y activen alertas por zonas, temporadas o actividades. Y, por supuesto, es clave reforzar una comunicación clara y multicanal, tanto antes como durante el viaje, con canales de atención activos desde el destino.

No cabe duda: el turismo está cambiando y exige respuestas. Cambio climático, movilidad low cost, saturación turística y sostenibilidad son los nuevos retos para las aseguradoras.
El objetivo ya no es solo responder a emergencias, sino acompañar al cliente antes, durante y después del viaje, con soluciones integrales, personalizadas y sostenibles.

Lejos de ser un riesgo operativo, la temporada alta debe verse como una oportunidad para fidelizar, innovar y reforzar el valor del seguro. Quien logre anticiparse, marcará el futuro del sector turístico.

Publicado en: INESE - BDS

 

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